ES | CANON. Jaime Gonzalez Cela y Manuela Pedrón Nicolau - Jaime y Manuela currators, Catálogo de Ayudas Injuve para la creación joven 2019 El trabajo de Xare Alvarez Berakoetxea se centra en la investigación formal en el ámbito de la escultura. Sus proyectos nacen del interés por las formas del territorio y los objetos que lo habitan y de su resignificación al ser descontextualizadas y reformuladas a través de procedimientos escultóricos. Sus obras, presentan así inventarios de formas fragmentadas, en las que se plasma la tensión entre lo natural y lo artificial, que remiten a una temporalidad extraña, animando a abordarlas desde una mirada arqueológica que consigna interpretar esas morfologías. En Canon, toma las bases de esa fórmula musical para plantear un campo de experimentación en torno a la propia práctica escultórica. La idea de Canon le sirve para poner a prueba la relación entre las etapas de producción en las que la investigación, la ejecución y la exhibición, a pesar de arrancar en momentos distintos, acaban por superponerse y conectarse, jugando con los tiempos de la creación artística. La repetición de los motivos musicales se traduce en este proyecto en la repetición de procedimientos, de acciones, de gestos para trabajar los materiales base. Pero también aparece en el ritmo que generan las piezas al repetir formas y volúmenes y en las propias posibilidades de combinación entre todas ellas. Este proceso de experimentación ha llevado a Xare Alvarez a considerar los materiales más débiles, los residuales, los insignificantes. Aquellos de complexión ligera, de formas flexibles y moldeables que son, en definitiva, mutables. Como la espuma o los tejidos, en los que se impregna más fácilmente el proceso, donde se pueden observar los rastros de la manipulación, de las pruebas, de los gestos escultóricos, para congelar esas formas, a través del fundido en bronce. En este procedimiento, al optar por el vaciado, la pieza original desaparece. Así, el material residual que funcionaba como original y molde, se destruye al tiempo que sus formas se hacen perdurables. Se generan así piezas autónomas que se desligan de lo testimonial, del documento. Y el resultado de este proyecto acaba por contraponerse a otra de las acepciones de la palabra canon. Culminando el proceso escultórico con la desmaterialización del modelo, del canon marcado.
ES | CANON. Jaime Gonzalez Cela y Manuela Pedrón Nicolau - Jaime y Manuela currators, Catálogo de Ayudas Injuve para la creación joven 2019 El trabajo de Xare Alvarez Berakoetxea se centra en la investigación formal en el ámbito de la escultura. Sus proyectos nacen del interés por las formas del territorio y los objetos que lo habitan y de su resignificación al ser descontextualizadas y reformuladas a través de procedimientos escultóricos. Sus obras, presentan así inventarios de formas fragmentadas, en las que se plasma la tensión entre lo natural y lo artificial, que remiten a una temporalidad extraña, animando a abordarlas desde una mirada arqueológica que consigna interpretar esas morfologías. En Canon, toma las bases de esa fórmula musical para plantear un campo de experimentación en torno a la propia práctica escultórica. La idea de Canon le sirve para poner a prueba la relación entre las etapas de producción en las que la investigación, la ejecución y la exhibición, a pesar de arrancar en momentos distintos, acaban por superponerse y conectarse, jugando con los tiempos de la creación artística. La repetición de los motivos musicales se traduce en este proyecto en la repetición de procedimientos, de acciones, de gestos para trabajar los materiales base. Pero también aparece en el ritmo que generan las piezas al repetir formas y volúmenes y en las propias posibilidades de combinación entre todas ellas. Este proceso de experimentación ha llevado a Xare Alvarez a considerar los materiales más débiles, los residuales, los insignificantes. Aquellos de complexión ligera, de formas flexibles y moldeables que son, en definitiva, mutables. Como la espuma o los tejidos, en los que se impregna más fácilmente el proceso, donde se pueden observar los rastros de la manipulación, de las pruebas, de los gestos escultóricos, para congelar esas formas, a través del fundido en bronce. En este procedimiento, al optar por el vaciado, la pieza original desaparece. Así, el material residual que funcionaba como original y molde, se destruye al tiempo que sus formas se hacen perdurables. Se generan así piezas autónomas que se desligan de lo testimonial, del documento. Y el resultado de este proyecto acaba por contraponerse a otra de las acepciones de la palabra canon. Culminando el proceso escultórico con la desmaterialización del modelo, del canon marcado.
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